Victoria Federica de Marichalar y Borbón, nacida el 9 de septiembre del 2000 en la clínica Ruber de Madrid, es una de las figuras más discretas de la familia real española. Nieta de los Reyes Eméritos Juan Carlos I y Sofía de Grecia, e hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, ha crecido en el ojo público, pero ha sabido mantener un perfil relativamente bajo a lo largo de los años. Aunque su hermano mayor, Felipe Juan Froilán, ha capturado más titulares por su personalidad extrovertida y escándalos mediáticos, Victoria Federica ha optado por un estilo de vida más discreto y reservado.

Al nacer, Victoria Federica se convirtió automáticamente en Grande de España, un título nobiliario reservado a los hijos de infantes. Su nombre completo, Victoria Federica de Todos los Santos de Marichalar y Borbón, rinde homenaje a figuras importantes de la familia real: Victoria por su bisabuela paterna, la reina Victoria Eugenia, y Federica en honor a su bisabuela materna, la reina Federica de Grecia, madre de la reina Sofía. Fue bautizada en el Palacio de la Zarzuela, con su tío, el Rey Felipe VI, y su tía paterna, Ana de Marichalar, como padrinos.

 

Desde una edad temprana, Victoria Federica ha estado vinculada a la realeza y la aristocracia, creciendo rodeada de protocolos y tradiciones familiares. No obstante, su educación ha sido una mezcla entre los valores tradicionales de su familia y la modernidad de su generación.

Victoria Federica recibió una formación privilegiada. Inicialmente, asistió al Colegio San Patricio en Madrid, donde estudió hasta que se trasladó al prestigioso internado inglés Mayfield St. Leonard’s School. Durante sus años en Inglaterra, la joven experimentó una educación de élite, lejos de la presión mediática constante en España. A su regreso, continuó su formación en el colegio privado San Jordi en Madrid.

Si bien su vida escolar no ha sido objeto de gran atención pública, ha mostrado un gran interés en áreas como la moda y el arte. No obstante, una de sus mayores pasiones es la equitación, algo que ha heredado de su madre, la infanta Elena, y de su abuelo, el rey Juan Carlos. Desde joven, ha competido como amazona, siguiendo los pasos de su madre, quien también fue una destacada amazona en su juventud.

Victoria Federica siempre ha mantenido una excelente relación con su familia, a pesar de las difíciles circunstancias que la rodearon, como el divorcio de sus padres en 2007. La separación de la infanta Elena y Jaime de Marichalar fue un evento significativo en la vida de Victoria y su hermano Froilán. Ambos se quedaron a vivir con su madre, y la familia se instaló en un apartamento en el barrio de Niño Jesús en Madrid.

 

Su relación con su hermano Froilán es particularmente cercana. A menudo se les ve juntos en eventos públicos, como corridas de toros, conciertos o fiestas. Aunque sus personalidades son distintas, ya que Froilán es más extrovertido y propenso a controversias, Victoria Federica ha adoptado un papel más reservado y tranquilo dentro de su círculo familiar. Se le conoce por ser aplicada, responsable y muy unida a su madre, la infanta Elena.

Victoria Federica tiene una conexión muy estrecha con sus abuelos, el rey Juan Carlos y la reina Sofía. A lo largo de los años, ha mostrado un cariño especial por ellos, especialmente por su abuelo, con quien comparte momentos familiares privados. La relación entre Juan Carlos y Victoria Federica es entrañable, y a pesar de las controversias en torno al rey emérito en los últimos años, ella ha demostrado ser una de sus más fervientes defensoras dentro de la familia.

Con la reina Sofía, Victoria Federica comparte una pasión por las causas sociales y culturales. Aunque no comparte la afición de su abuelo por los toros, la joven ha encontrado en su abuela materna un modelo a seguir en cuanto a la dedicación a la filantropía y el arte.

A pesar de ser una figura de la realeza, Victoria Federica ha adoptado un estilo de vida moderno. Es común verla en eventos de moda, conciertos y otras actividades propias de una joven de su edad. Sin embargo, a diferencia de otros miembros de la familia real europea, ha mantenido una actitud discreta ante los medios. No le gusta el protagonismo, y prefiere mantenerse al margen de los focos, aunque su creciente interés por la moda la ha llevado a participar en eventos importantes en ese ámbito.

 

Victoria Federica ha desarrollado un marcado gusto por la moda, y a menudo es vista en desfiles de moda y eventos relacionados con la industria. Ha sido fotografiada en varias ocasiones asistiendo a eventos de grandes marcas de lujo, y su estilo ha llamado la atención de expertos en moda. A diferencia de otras royals, ha mostrado un gusto por un estilo más moderno y juvenil, aunque siempre con un toque de elegancia y sofisticación que caracteriza a su familia.

Su trenza característica, que heredó de su madre, se ha convertido en uno de sus sellos distintivos. Este peinado, que doña Elena ha llevado durante años, también ha sido adoptado por Victoria Federica, quien lo luce en muchos de sus eventos públicos. Su sentido del estilo la ha convertido en una de las jóvenes royals más observadas en cuanto a moda, y muchos la consideran una futura it girl en el panorama español.

A pesar de su discreción, Victoria Federica de Marichalar es una joven con mucho potencial. Su pasión por la equitación, su interés por la moda y su sólida relación con su familia la posicionan como una figura clave en la nueva generación de la familia real española. Aunque no está directamente involucrada en los deberes reales, su papel como nieta de los Reyes Eméritos y sobrina del Rey Felipe VI la coloca en una posición de influencia.

Muchos se preguntan cuál será el futuro de Victoria Federica. Si bien ha mostrado interés en el mundo de la moda, también ha dejado claro que su prioridad es mantenerse cercana a su familia y seguir cultivando sus pasiones personales. Como cualquier joven de su edad, está explorando sus intereses y definiendo su camino, pero lo está haciendo bajo el peso de ser parte de una de las familias más influyentes de España.

 

Victoria Federica de Marichalar es, sin duda, una royal moderna y discreta. A pesar de su linaje y de estar constantemente bajo el escrutinio público, ha sabido manejarse con elegancia y reservarse un espacio privado en el que explorar sus pasiones y crecer como persona. Con un futuro prometedor por delante, esta joven aristócrata sigue siendo una figura fascinante dentro de la familia real española, alguien que, aunque reservada, siempre estará bajo la atenta mirada del público y de los medios de comunicación.