Frances Shand Kydd, la madre de la difunta Princesa Diana, no era ajena a la controversia, y sus diarios—revelados tras su muerte—pintan un cuadro implacable de su desdén hacia la familia real británica.

Desde etiquetar a los altos miembros de la realeza como “perras” hasta criticar al Príncipe Carlos como un “niño malcriado”, los comentarios de Shand Kydd sorprendieron a muchos, exponiendo un rencor latente que resaltaba su compleja relación con la monarquía y, quizás (por extensión), con su propia hija.

Los diarios, basados en conversaciones que Frances tuvo con un periodista durante los últimos siete años de su vida, revelan un relato crudo de sus opiniones.

Según The Scotsman, Kydd describió a los royals como una “vergüenza, realmente solo un grupo de pequeños alemanes”, y acusó a la Reina Madre de ser “bastante perra” y de tener una relación tensa con Diana. Sus palabras más duras estaban reservadas para el Príncipe Carlos.

Criticó abiertamente su actitud privilegiada, diciendo: “¿Está deprimido? Bien,” después de la muerte de Diana.

Kydd también recordó su agitación durante los preparativos del funeral de Diana en 1997. Comentó: “[Lady] Sarah [McCorquodale, su hija] le dijo a los deán que no llegaríamos a las 10:24 am y esperaríamos 36 minutos porque teníamos que llegar mucho antes que la Familia Real.

De lo contrario, no vendríamos.” La aparente ofensa de la madre de Diana casi la llevó a boicotear el evento, mostrando su desafío incluso en momentos de duelo público.

Es importante señalar que la vida de Kydd estuvo marcada por la agitación personal, y su relación con Diana estaba lejos de ser armoniosa. Dejó a Diana y a sus hermanos al cuidado de su padre tras un amargo divorcio, una decisión que afectó profundamente a Diana.

El Conde Spencer, hermano de Diana, recordó: “Mientras empacaba sus cosas para irse, le prometió a Diana que volvería a verla. Diana solía esperar en la puerta, pero nunca vino… Nuestro padre era una fuente constante de amor, pero nuestra madre no estaba hecha para la maternidad… no podía hacerlo. Estaba enamorada de otra persona, realmente obsesionada.”

A pesar de su tumultuosa relación con Diana, Kydd se mantuvo vocal sobre la vida de su hija. En una controvertida entrevista en 1997, celebró que Diana perdiera su título de HRH tras divorciarse del Príncipe Carlos, llamándolo ‘absolutamente maravilloso.’

Este comentario creó una brecha permanente entre madre e hija, y Diana se negó a hablar con ella después de eso. Tras la muerte de Diana, Kydd se retiró a una vida tranquila en Escocia, dedicándose a su fe católica. Respondió a miles de cartas de fans afligidos, a pesar de luchar contra la enfermedad de Parkinson y el cáncer cerebral en sus últimos años.

Sorprendentemente, formó una estrecha amistad con el Padre Yves-Marie Clochard-Bossuet, el capellán que vigiló el cuerpo de Diana tras el accidente automovilístico en París; su vínculo con el sacerdote le ofreció algo de paz. Además, Kydd a menudo reflexionaba sobre el legado de Diana y hablaba con cariño de sus nietos.

Desafortunadamente, falleció en 2004 a la edad de 68 años.