La distancia hace que el corazón se sienta más cercano… pero para Katy Perry, su separación de un año con Orlando Bloom fue mucho más que eso: fue transformadora y le cambió la vida.

La estrella del pop reflexionó sobre las razones detrás de su ruptura en 2017 durante una aparición en el podcast “Call Her Daddy“, admitiendo que al principio no estaba completamente comprometida en la relación cuando comenzaron a salir en 2016.

Katy explicó: “Acababa de salir de una relación y pensé, ‘No puedo seguir con esto. Necesito explorar en un ambiente diferente’, pero aún no había hecho mucho trabajo personal”. Según Perry, solía disfrutar de jugar “juegos de gato y ratón” con sus parejas sentimentales, y admitió que el drama era algo que le resultaba atractivo.

Sin embargo, durante los primeros momentos de su relación, Orlando comenzó a asistir al Instituto Hoffman, un lugar conocido por ayudar a las personas a trabajar en sí mismas emocionalmente. Bloom, después de someterse a este proceso, regresó a la relación cambiado y ya no estaba dispuesto a participar en los juegos emocionales que Katy solía disfrutar. Como resultado, Perry se sintió aburrida y decidió dar un paso atrás y terminar la relación.

A pesar de que la separación fue dolorosa, Katy ahora considera que ese tiempo separados fue crucial para su crecimiento personal. Al igual que Orlando, ella también asistió al Instituto Hoffman durante ese tiempo y pudo trabajar en sí misma de una manera profunda y significativa. En sus propias palabras, “Tuve un año muy difícil, y finalmente fui a Hoffman hacia el final de ese año en que estuvimos separados. Allí obtuve las herramientas y aprendí a hablar el mismo idioma emocional, y eso cambió mi vida”.

De hecho, la cantante reveló que el trabajo personal que realizó en el instituto fue tan significativo que “le salvó la vida”. Perry confesó que, de no haber hecho ese trabajo emocional, probablemente “estaría muerta”. Estas poderosas palabras subrayan lo importante que fue para ella la introspección y el crecimiento personal durante ese período de separación.

Finalmente, después de haber trabajado en ellos mismos, Katy y Orlando se reconciliaron, se comprometieron en 2019 y dieron la bienvenida a su hija, Daisy Dove, al año siguiente. Katy ahora valora profundamente el proceso de separación y el trabajo personal que ambos hicieron, pues les permitió regresar a la relación más fuertes y comprometidos que nunca.

Hoy en día, parece que la pareja ha superado los altibajos emocionales que una vez definieron su relación. Lejos de las idas y venidas que antes los caracterizaban, han encontrado una nueva estabilidad y madurez en su vínculo, lo que demuestra que no todo está perdido cuando una pareja se separa; a veces, es necesario dar un paso atrás para poder avanzar juntos de manera más sólida.

Katy Perry y Orlando Bloom han demostrado que a veces, las rupturas son necesarias para el crecimiento personal y para entender mejor lo que uno necesita en una relación. La lección que compartieron con el mundo es que el trabajo personal puede ser transformador y, en su caso, los llevó a construir una familia feliz y estable después de haber pasado por un momento tan difícil. Sin duda, ya no son esa pareja “Hot N Cold”.