Desde que Juan Carlos I decidió trasladarse a Abu Dabi hace unos años, su partida ha generado sorpresa y controversia en Espanã. Esta decisión, aparentemente, no fue voluntaria por parte del monarca emérito, sino que se debió a la presión ejercida por su hijo, el rey Felipe VI, ante las numerosas polémicas que envolvían a su padre.

A pesar de que la salud de Juan Carlos I, especialmente su movilidad, ha sido precaria durante varios años, el deterioro en los último tiempos ha sido considerable. Muchos españoles recuerdan las caídas del ex monarca y las imágenes recientes que lo muestran en silla de ruedas. Aunque sus problemas de movilidad son evidentes, aún participa en actividades que disfruta, como las regatas de vela.

Pilar Eyre, una periodista con acceso a información privilegiada sobre la Casa Real, señaló que los problemas de movilidad de Juan Carlos I no se deben solo a una intervención de rodilla, sino también a una cadera dañada por un accidente de esquí, una operación mal realizada y artrosis, un problema familiar. Estas condiciones lo han dejado casi inmovilizado y con dolores intensos.

Para acomodar sus necesidades, su residencia en Abu Dabi ha sido adaptada. Al igual que en Zarzuela, su hogar actual cuenta con modificaciones que incluyen accesos amplios y baños adaptados, permitiéndole a Juan Carlos I desplazarse en silla de ruedas motorizada sin inconvenientes. Aunque cognitivamente está relativamente bien para sus 86 años, su movilidad sigue siendo una preocupación.