La reciente polémica que envuelve a Dani Carvajal ha generado una ola de comentarios y reacciones en España. El incidente se produjo cuando Carvajal, vecino de Boadilla del Monte, recibió críticas por su actitud considerada insolente durante un evento público. Algunos lo tildaron de fascista y sugirieron su expulsión de la selección española, mientras otros recordaban actitudes similares, como la de Pedro Sánchez recibiendo al Rey Felipe VI con las manos en los bolsillos, en una actitud que también fue muy criticada.

La tensión entre Pedro Sánchez y la selección española no es nueva. Tras un partido contra Alemania, surgieron rumores de que los jugadores no querían la presencia del presidente del gobierno en el vestuario, prefiriendo que fuera el Rey quien los visitara. Este desacuerdo alcanzó su punto culminante en la final, donde se decidió quién entregaría las medallas y el trofeo a los ganadores.

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Según el periodista Albert Castillón, hubo una fuerte insistencia por parte de Sánchez para ser él quien entregara los premios. Sin embargo, la selección española dejó claro que preferían al Rey Felipe VI. Esta elección provocó que la Federación Española de Fútbol tuviera que intervenir y, finalmente, fue el Rey quien entregó los trofeos, mientras que Pedro Sánchez se quedó sin el protagonismo que buscaba.

La situación se agravó cuando, después de la final, tanto el Rey como Sánchez regresaron a Madrid en aviones separados, a pesar del alto costo que esto implicaba para los contribuyentes españoles. Mientras el Rey y su hija se dirigieron en coche a Zarzuela, Sánchez optó por un helicóptero, lo que aumentó aún más las críticas sobre su uso de recursos públicos.

La tensión no solo se limitó a los transportes. La selección española, sintiéndose traicionada por Sánchez en el pasado, mostró su descontento de manera más evidente. Carvajal, en particular, fue señalado por su gesto de evitar a Sánchez, lo que muchos interpretaron como un símbolo del rechazo generalizado hacia el presidente.

Este conflicto también tiene raíces en eventos pasados, como en 2016, cuando Sánchez criticó públicamente a los futbolistas Iker Munian y David De Gea por acusaciones que finalmente no prosperaron. Este historial de desencuentros ha llevado a una creciente distancia entre la selección y el presidente del gobierno.

En resumen, la polémica en torno a Dani Carvajal y Pedro Sánchez refleja una relación tensa y complicada entre la selección española y el ejecutivo. Las actitudes y decisiones de ambos lados han contribuido a un ambiente de desconfianza y críticas mutuas, poniendo de manifiesto las divisiones internas en momentos de alta visibilidad pública.