Angelina Jolie ha capturado la imaginación del público durante décadas, no solo por su talento en la pantalla grande, sino también por su compromiso con causas humanitarias y su transformación en roles icónicos.

Desde sus inicios en Hollywood hasta su papel como Maléfica, Jolie ha navegado por un camino único que la ha llevado a ser tanto una figura de la pantalla como una activista global.

Nacida el 4 de junio de 1975 en Los Ángeles, California, Jolie fue hija del actor Jon Voight y la actriz Marcheline Bertrand. Desde joven, mostró un interés profundo por las artes escénicas y el activismo.

Su carrera despegó en la década de 1990 con películas como “Hackers” y “Girl, Interrupted”, por la cual ganó un premio Oscar. Sin embargo, fue en el nuevo milenio cuando su estatus como estrella de cine alcanzó nuevas alturas con películas como “Lara Croft: Tomb Raider”.

Más allá de su éxito en el cine, Jolie ha sido conocida por su compromiso filantrópico.

En 2001, fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, un papel que la llevó a visitar más de 20 países y a abogar por la causa de los refugiados en todo el mundo.

Su dedicación la llevó a ser nombrada Enviada Especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en 2012, reflejando su compromiso a largo plazo con los derechos humanos.

Sin embargo, el público también ha sido testigo de su transformación en la pantalla, especialmente con su interpretación de Maléfica en la película homónima de Disney en 2014.

Este papel icónico le permitió explorar no solo su talento actoral sino también su capacidad para desafiar las expectativas y revitalizar personajes clásicos desde una perspectiva diferente.

La dualidad de Jolie como actriz y activista ha sido evidente en cada etapa de su carrera.

Su vida personal, marcada por su relación con Brad Pitt y su enfoque en la crianza de seis hijos, ha estado constantemente bajo el escrutinio público.

A pesar de esto, ha utilizado su plataforma para destacar problemas globales como la conservación del medio ambiente, la violencia de género y los derechos de los niños.

En años más recientes, Jolie ha continuado expandiendo su carrera tanto delante como detrás de la cámara.

Dirigió la película “Unbroken” en 2014 y “By the Sea” en 2015, demostrando su versatilidad como artista.

Además, ha seguido participando activamente en campañas humanitarias, abogando por la protección de mujeres y niños en zonas de conflicto y promoviendo iniciativas educativas globales.

El legado de Angelina Jolie no solo reside en su habilidad para interpretar diversos roles en la pantalla, sino también en su dedicación inquebrantable a causas sociales y humanitarias.

Desde su trabajo con ACNUR hasta su papel como Maléfica, ha dejado una marca indeleble en la cultura popular y en la conciencia global.

Su capacidad para equilibrar una carrera exitosa con un activismo comprometido la convierte en un ejemplo para muchos, demostrando que la influencia de una estrella de cine puede trascender la pantalla y marcar una diferencia real en el mundo.

En resumen, Angelina Jolie ha evolucionado desde ser una talentosa actriz hasta convertirse en una voz poderosa para los derechos humanos y la igualdad, desafiando percepciones y inspirando a través de su arte y su activismo.

Su vida sigue siendo una prueba de que el impacto positivo puede ser alcanzado a través del compromiso personal y la determinación constante por un mundo mejor.