Omar Geles fue mucho más que un compositor, acordeonista y cantante; fue un hombre cuya vida y obra resonaron profundamente en el corazón de millones.

Reconocido como el “trabajador más incansable”, también fue un esposo, padre, hijo y hermano excepcional, siempre rodeado de amor por su familia y amigos.

La esposa de Omar, Maren, lo describía como un amigo invaluable, alguien que se atesora para siempre.

Con más de 900 canciones grabadas, su carrera lo llevó desde los caminos de la vida a los de la eternidad.

Sin embargo, su vida se vio marcada por problemas de salud que, lamentablemente, culminarían en su prematura partida.

El 21 de mayo de 2024, el vallenato y toda Colombia se vieron sumidos en la tristeza al conocer la inesperada muerte de Omar Geles, quien a los 57 años enfrentaba complicaciones de salud relacionadas con la hipertensión y problemas cardíacos.

Su trágica historia comenzó durante una presentación en Miami, donde sufrió una descompensación que lo llevó a ser hospitalizado. A pesar de recibir tratamiento y ser dado de alta, su estado de salud seguía siendo frágil.

En un emotivo concierto el 18 de mayo en Bogotá, Omar se presentó en el estadio El Campín, donde el ambiente era de celebración.

Sin embargo, este evento se tornó un homenaje inesperado para él, con Silvestre Dangón dedicándole palabras que se sentirían como un adiós.

“Te adoro, mi negro”, dijo Silvestre, a lo que Omar respondió con versos que resonarían como un eco profético.

Poco después, el 21 de mayo, mientras se preparaba para un partido de tenis con su amigo Osmán Pérez, ocurrió la tragedia.

En un instante de alegría, Omar se desplomó, dejando a sus amigos en estado de shock.

A pesar de los esfuerzos por reanimarlo, Omar Geles falleció a las 7 de la noche en la clínica Erasmo de Valledupar, víctima de un infarto fulminante.

Su legado musical es innegable. Canciones como “Si no me falla el corazón” reflejan su promesa de amor eterno, una promesa que quedó trágicamente interrumpida.

La noticia de su muerte se esparció rápidamente, generando un torrente de reacciones de dolor entre sus seguidores y colegas artistas, quienes expresaron su tristeza y admiración por el legado que dejó.

La ausencia de Omar se sentirá profundamente en el mundo de la música vallenata, un género que pierde a uno de sus más grandes exponentes.

Su cuerpo fue sepultado en el cementerio Jardines del Eco, donde innumerables seguidores y seres queridos lo despidieron en medio de lágrimas y música, celebrando su vida y su inigualable contribución al vallenato.

Omar Geles vive en el corazón de quienes lo conocieron y amaron su música. Su legado perdurará, recordándonos siempre la belleza de su arte y la profundidad de sus sentimientos.

Su historia es un recordatorio de que, aunque la vida puede ser efímera, el amor y la música que compartimos pueden resonar por la eternidad.