Aunque mantuvo un idilio con Penélope Cruz, quien le influyó artísticamente fue la escritora Coloma Fernández

En libertad el compositor español Nacho Cano tras ser detenido por contratación ilegal

Antes de su musical Malinche, mucho antes de su controvertida detención en Madrid y la contundente defensa de su inocencia y antes incluso de concebir la construcción de un teatro en forma de pirámide en el barrio madrileño de Hortaleza (sueño que se frustró), Nacho Cano tuvo una vida igualmente intensa que forjó la figura artística que es hoy.

No nos referimos a su noviazgo de juventud con la actriz Penélope Cruz, una relación que terminó después de tres años y un disco dedicado a este amor: “Un mundo separado por el mismo Dios”.

Su musa, aunque ha tenido más idilios, fue la escritora Coloma Fernández, con quien mantuvo un romance en los agitados años ochenta.

Durante años mantuvo oculta su identidad. Nunca quiso formar parte de su universo mediático ni manifestarse públicamente.

Muchos incluso dudaron de su existencia.

Lo cierto es que existió y fue tan importante en la vida personal del artista como en la profesional.

Ella inspiró dos de sus mayores éxitos: “La fuerza del destino” y “7 de septiembre”, dos icónicos temas.

Con el tiempo, con motivo del documental “Pongamos que hablo de Mecano”, Coloma habló y contó que se habían conocido en la discoteca Golden, muy cerca de la Gran Vía madrileña. Ella tenía 19 años y él 18.

El bar del oro que menciona la canción era la discoteca Golden.”Los camareros iban con sus monos, era modernísima y ahí ya hablamos por primera vez”, recordó.

Primero le llamó la atención su cara, que era muy especial. “Era distinto. Bailaba ballet clásico, meditaba, hacia yoga, no sé, destacaba”.

Confesó, entre otras cosas, que fue ella quien escogió a Penélope Cruz como la actriz principal del videoclip “La fuerza del destino”, sin sospechar que sería la chispa que encendió la llama entre Nacho Cano y la actriz de Alcobendas.

La relación entre Coloma y Nacho se cortó después de ocho años, pero durante mucho tiempo continuaron reencontrándose cada siete se septiembre en el mismo rincón del restaurante.

Cuando el productor musical lanzó “7 de septiembre” habían pasado años desde su ruptura, pero como decía la letra, “Y aunque la historia se acabó. Hay algo vivo en este amor. Que aunque empeñados en soplar. Hay llamas que ni con el mar”. 

Para la escritora fue doloroso tener que escuchar la canción. “Horrible, yo la oí en la India una vez, sí, era muy duro. No me gusta oirla ni ahora”, reconoció después.