La repercusión que han obtenido la princesa Leonor y la infanta Sofía en los Juegos Olímpicos de París ha supuesto la confirmación definitiva de los nuevos aires que rodean Zarzuela. Sonrientes, relajadas y en solitario, las hijas del rey Felipe VI y la reina Letizia sorprendieron al aparecer en los Juegos Olímpicos, marcando un cambio significativo en la percepción pública de la familia real española.

Desde la Casa Real ya se había anunciado que los diversos miembros se iban a turnar para acudir a las citas más importantes del deporte español, y después de los reyes Felipe y Letizia en la inauguración, tocaba el turno a sus hijas. El cambio experimentado en la comunicación de Zarzuela se sometía a su prueba de fuego y el resultado ha sido una buena nota. La presencia de la reina Letizia en eventos más espontánea y cercana anunciaba una revolución en la forma de interactuar con el público.

Los miembros en activo de la Casa Real se mostraban con voluntad de sorprender, de acercarse a los ciudadanos y romper esa barrera que tanto se habían esforzado en construir. El aniversario de la proclamación del rey Felipe fue el detonante, el punto de salida que se asentaba con la llegada de la cuenta oficial de la familia a Instagram. Tarde, sí, pero con paso firme. Ahora, con los Juegos Olímpicos, hemos podido ver que desde la Casa Real hay un interés considerable en que todo esto funcione.

La encargada del cambio de imagen de la familia real tiene nombre y apellidos: Laura Díaz. Periodista y experta en comunicación digital, Laura Díaz ha sido la responsable de la transformación de la presencia de la familia real en las redes sociales. Con una licenciatura en comunicación audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y un máster en dirección de comunicación corporativa de IE Business School, Díaz ha llevado a cabo un trabajo similar en el Ayuntamiento de Madrid antes de asumir este desafío.

Se encarga de grabar, editar, compartir y redactar los contenidos que aparecen en la cuenta de Instagram de la Casa Real. Una tarea analizada al milímetro y que puede suponer, por un mero despiste, una crisis sin precedentes. La repercusión de todo lo relacionado con el mundo virtual es sin duda capital, aunque por el momento las críticas están siendo más que positivas. Tras un comienzo algo descafeinado, la cuenta de Casa Real se encamina al millón de seguidores y cuenta con una actividad frenética.

La predisposición de los reyes Felipe y Letizia, y sobre todo de sus hijas Leonor y Sofía, ha contribuido enormemente a facilitar el trabajo de Laura Díaz. Las hijas de los monarcas, acostumbradas lógicamente por su edad, han hecho del teléfono su mejor aliado durante su paso por los Juegos Olímpicos de París. El cambio más inesperado ha sido el del rey Felipe, quien ha comenzado a adoptar una actitud más natural y cercana, algo que contrasta con la imagen de rectitud que siempre ha cultivado.

Educado con espíritu de rectitud y siempre preocupado de alejarse de la imagen de campechano que caracterizó a su padre, Felipe VI parece que le ha cogido el gusto a la naturalidad. Consciente de su papel, el más relevante en la familia real, hemos podido ver al rey reírse, hacerse selfies con la reina e incluso bromear durante los Juegos Olímpicos. El monarca aprovecha los momentos en los que está con su familia y, sobre todo, con sus hijas, para dejar salir una vena que hasta ahora no habíamos visto.

La reina Letizia, periodista de profesión y comunicadora nata, siempre ha sabido manejar las cámaras, los tiempos y las palabras. Su presencia suele ser aplaudida y sus discursos escuchados con atención, algo que nunca pudimos ver en su antecesora, la reina Sofía. La preparación de Letizia en términos de comunicación es indiscutible, y su influencia en la formación de sus hijas es evidente.

Leonor y Sofía, las mejores alumnas de la reina Letizia, han adoptado muchas de las habilidades de su madre. Leonor, como heredera al trono, se acerca a los deportistas, les da la mano de forma enérgica y sonríe mientras conversa con ellos. Sofía, siempre en un segundo plano, imita a su hermana. Lo hemos visto en casi todos los encuentros que han tenido durante su estancia en los Juegos Olímpicos.

La prensa internacional ha caído rendida ante las hijas de los reyes. La presencia de Leonor y Sofía en París no ha pasado desapercibida para nadie. La princesa Leonor y la infanta Sofía sorprendían acudiendo en solitario a los Juegos Olímpicos, con el uniforme de la representación española y su correspondiente acreditación. A muchos les llamaba la atención que Sofía ejerciera de acompañante oficial de su hermana, lo que claramente destacaba quién es la heredera al trono.

Durante estos días, Leonor y Sofía han encantado a todos los medios extranjeros, que destacaban su educación y su elegancia. Han devuelto el glamour a los Juegos, aseguraban, y es que la preparación de las hijas de los reyes no deja lugar a dudas. Tras tantos años en un plano muy discreto, casi sin apariciones públicas, ha sido la mayoría de edad de Leonor lo que ha dado el pistoletazo de salida a una nueva era para la familia real.

Con entidad propia, agenda propia y hasta viajes de estado, las hijas de los reyes se preparan para lo que viene. Zarzuela tiene los planes bien delimitados para ambas. Una vez termine el verano, continuarán sus respectivas formaciones, pero por el momento queda mucho verano todavía. La evolución de la monarquía española parece estar en buenas manos con Leonor y Sofía, quienes, guiadas por la reina Letizia y apoyadas por una comunicación moderna y efectiva, están listas para afrontar los desafíos del futuro.

En conclusión, el éxito de la princesa Leonor y la infanta Sofía se debe en gran medida a la planificación y ejecución de una estrategia de comunicación eficaz, liderada por Laura Díaz. Con el apoyo incondicional de sus padres y la influencia formativa de la reina Letizia, estas jóvenes royals están bien posicionadas para continuar el legado de la familia real española y adaptarse a las exigencias de una sociedad en constante cambio.