La reciente batalla mediática entre La Revuelta de David Broncano y El Hormiguero de Pablo Motos está dando mucho de qué hablar, y no precisamente por buenas razones para este último. Pablo Motos ha intentado diversas estrategias para contrarrestar el creciente éxito de Broncano, pero una de sus decisiones más criticadas ha sido involucrar a Frank Cuesta, un reconocido presentador y defensor de los animales, como una especie de “arma” para desviar la atención de la audiencia.

La maniobra parece haber salido mal para Motos, ya que, en lugar de sumar puntos, ha terminado hundiendo aún más su programa en términos de relevancia frente al imparable éxito de Broncano. Con La Revuelta consiguiendo cifras récord de audiencia, superando a El Hormiguero por más de medio millón de espectadores en algunos días, la diferencia es notable.

 

El nombre de Frank Cuesta ha sido mencionado en un intento de captar la atención del público mediante una narrativa que lo enfrenta indirectamente a Broncano. Esto, sin embargo, no ha sido más que una distracción que no ha calado bien en los espectadores. En lugar de generar polémica a favor de El Hormiguero, este movimiento ha sido visto como una táctica desesperada y poco efectiva. La audiencia de Broncano parece seguir sólida, mientras que los intentos de Motos no han logrado detener su caída en popularidad.

Frank Cuesta, quien siempre ha sido un personaje polémico y directo, fue utilizado para generar morbo mediático, pero la estrategia ha sido contraproducente. A pesar de que en el pasado Cuesta ha sido una figura que captaba la atención del público por su personalidad única y su labor en favor de los animales, en este contexto su inclusión no ha tenido el efecto esperado.

Con La Revuelta alcanzando máximos históricos en cuanto a audiencia, la hegemonía de El Hormiguero en la televisión española se ha visto seriamente afectada. David Broncano ha logrado lo que pocos han conseguido: desafiar y superar a uno de los programas más establecidos y exitosos de la televisión en España. Mientras que El Hormiguero solía ser considerado la gallina de los huevos de oro, sus audiencias han comenzado a flaquear, especialmente tras el estreno de La Revuelta.

Broncano ha conseguido conectar con el público de una manera única. El formato de su programa, más relajado, desenfadado y cercano, ha resonado con una audiencia joven y adulta que se siente atraída por su estilo fresco y moderno. Mientras tanto, El Hormiguero ha quedado en una posición complicada, donde la fórmula que alguna vez fue su éxito ahora parece algo anticuada y forzada.

 

En las últimas semanas, Pablo Motos ha intentado varias estrategias para mantenerse competitivo. Desde entrevistas inusuales, como la de Victoria Federica, hasta la inclusión de personajes populares como Joaquín y su esposa, ha buscado captar la atención de la audiencia a través de figuras mediáticas de alto perfil. Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes para detener el avance de Broncano.

Además de recurrir a figuras mediáticas, se han implementado otras tácticas más llamativas, como la participación de youtubers en situaciones extremas. Un ejemplo claro es la reciente participación de Plex, un famoso creador de contenido que fue enterrado en vivo durante 48 horas como parte de una especie de reto transmitido en directo. Aunque estas maniobras generan un morbo temporal, no logran captar a la audiencia de manera sostenida, y parecen ser intentos desesperados por mantener la relevancia en un panorama televisivo que está cambiando rápidamente.

Las cifras de audiencia no mienten. En la semana más reciente, La Revuelta de Broncano alcanzó un impresionante 19,9% de cuota de pantalla, con más de 2.5 millones de espectadores, mientras que El Hormiguero apenas llegó al 18.2%. Aunque la diferencia no parece abrumadora, cuando se considera el hecho de que El Hormiguero solía dominar con comodidad la franja de prime time, el cambio es significativo.

El problema para Motos no solo radica en la caída de las audiencias, sino en la percepción del público. Mientras Broncano sigue siendo percibido como fresco y relevante, El Hormiguero comienza a dar la impresión de estar desfasado, con un formato que, aunque exitoso en el pasado, no ha sabido adaptarse al nuevo panorama televisivo. La audiencia joven, en particular, parece inclinarse cada vez más por el estilo de Broncano, lo que podría suponer un problema a largo plazo para El Hormiguero, cuyo público objetivo parece estar envejeciendo junto con el programa.

 

A menos que Pablo Motos y su equipo encuentren una manera de reinventarse, el futuro de El Hormiguero podría estar en peligro. La competencia no solo viene de La Revuelta, sino también de otros programas emergentes y plataformas digitales que continúan captando la atención de las nuevas generaciones. Mientras que Motos ha intentado diversas estrategias, ninguna ha sido lo suficientemente efectiva para revertir la tendencia actual.

Por su parte, Broncano sigue en ascenso, consolidando su lugar como una de las figuras más importantes de la televisión española. Su capacidad para conectar con la audiencia, su estilo humorístico y su enfoque relajado lo han convertido en un rival formidable para cualquier otro programa en la franja horaria de prime time.

El intento de Pablo Motos de usar a Frank Cuesta como un recurso mediático contra Broncano ha sido un error que, en lugar de ayudar a El Hormiguero, ha acelerado su declive. La Revuelta sigue siendo imparable, y mientras Broncano siga conectando con el público de la manera en que lo ha hecho hasta ahora, es poco probable que El Hormiguero recupere su antigua gloria. Lo que está claro es que la televisión española ha entrado en una nueva era, y aquellos que no se adapten a los cambios, como parece ser el caso de Motos, podrían quedar relegados al pasado.