La guerra de audiencias entre El Hormiguero y La Resistencia, protagonizada por Pablo Motos y David Broncano, se ha intensificado recientemente, generando un panorama fascinante para los expertos y espectadores de la televisión en España. Lo que ha comenzado como una sana competencia entre dos programas de prime time ha escalado hasta convertirse en una batalla por la supremacía en los números de audiencia, con resultados impresionantes para ambos shows, mientras otros programas parecen desvanecerse en el fondo.

Pablo Motos, quien lleva años al frente de El Hormiguero, sigue demostrando que su programa tiene una fórmula exitosa para captar la atención del público. Esta última semana ha sido histórica para El Hormiguero, logrando cifras extraordinarias, con episodios que han alcanzado hasta 3,1 millones de espectadores y un impresionante 23,3% de cuota de pantalla. Especialmente, la presencia de figuras como el futbolista Lamine Yamal ha consolidado a Motos como un titán en la televisión española, llevando a su programa a ser el más visto del día y ganando el codiciado “minuto de oro” en varias ocasiones.

 

Sin embargo, detrás de estas cifras se esconde una estrategia que, aunque efectiva, algunos críticos consideran que está perdiendo frescura. Mientras que El Hormiguero sigue dependiendo en gran medida de celebridades de alto perfil y momentos virales, parece estar caminando en una cuerda floja entre la innovación y el agotamiento. Algunos detractores han señalado que, a pesar de los números, el programa podría estar acercándose a un desgaste, con un formato que se mantiene casi sin cambios desde hace años.

Por otro lado, David Broncano y La Resistencia han logrado lo que pocos creían posible: competir directamente con El Hormiguero y en ocasiones superarlo en ciertas franjas de audiencia, sin necesidad de grandes celebridades o inversiones masivas en producción. Broncano, con su humor irreverente y su conexión con un público más joven y moderno, ha construido una audiencia fiel que sigue su programa religiosamente.

Lo más impactante de esta rivalidad es que, a pesar de la diferencia en enfoque y estilo, La Resistencia ha logrado mantener números impresionantes. Durante esta semana, ha alcanzado un 19,2% de cuota de pantalla, acercándose peligrosamente a los registros de El Hormiguero. Broncano ha demostrado que, con un equipo reducido, puede competir con el gigante de Antena 3, lo que plantea una pregunta fascinante: ¿Estamos ante un cambio generacional en la televisión española?

El gran perdedor en esta batalla de titanes ha sido El Intermedio, el programa dirigido por El Gran Wyoming. Durante años, Wyoming ha sido un referente del humor político y la crítica social, pero con la llegada de La Resistencia y el reinado continuo de El Hormiguero, parece que su programa ha quedado relegado a un segundo plano. En las últimas semanas, El Intermedio ha caído a un 4,7% de cuota de pantalla, un dato preocupante para un programa que antes gozaba de una audiencia fiel.

 

Muchos se preguntan si El Intermedio podrá sobrevivir a este embate. La competencia feroz entre Motos y Broncano ha dejado poco espacio para otros formatos, y si bien Wyoming sigue siendo una figura respetada, la televisión parece haber cambiado. El público joven que antes podía haber sintonizado El Intermedio ahora prefiere el humor más fresco y menos politizado de La Resistencia.

Un aspecto interesante en esta guerra de audiencias es la creciente sospecha sobre el sistema de medición en España. Actualmente, las cifras de audiencia se basan en los datos proporcionados por poco más de 5,700 audímetros, dispositivos instalados en hogares seleccionados que registran qué programas están viendo. Con una población de más de 45 millones de personas, la representatividad de este sistema ha sido cuestionada en varias ocasiones.

Broncano, siempre con su humor afilado, ha bromeado en varias ocasiones sobre la posibilidad de manipular estos audímetros para favorecer su programa. Algunos incluso han fantaseado con la idea de sobornar a los hogares con audímetros para que sintonizaran su show, creando una “mafia de audímetros” al estilo de La Casa de Papel. Aunque esta idea suene ridícula, plantea una cuestión válida sobre la fiabilidad de las métricas de audiencia y cómo un pequeño grupo de hogares puede tener un impacto desproporcionado en el éxito o fracaso de un programa.

A pesar de la aparente rivalidad entre El Hormiguero y La Resistencia, lo cierto es que ambos programas están triunfando en sus propios términos. Motos sigue liderando con un formato que combina entrevistas a celebridades, humor y experimentos científicos, mientras que Broncano ha creado un espacio único para un humor más surrealista y espontáneo.

 

Lo que queda claro es que, por ahora, la televisión en España está viviendo una especie de “edad dorada” en cuanto a entretenimiento nocturno se refiere. Tanto El Hormiguero como La Resistencia están arrasando en términos de audiencia, mientras que otros programas como El Intermedio luchan por mantenerse relevantes.

La batalla entre Pablo Motos y David Broncano está lejos de terminar. Con cada semana que pasa, las cifras de audiencia varían, y la lealtad de los espectadores parece estar dividida entre dos estilos muy diferentes de entretenimiento. ¿Seguirá El Hormiguero manteniendo su hegemonía, o estamos a las puertas de una nueva era televisiva liderada por La Resistencia? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que está claro es que esta guerra de titanes seguirá siendo un tema apasionante para los amantes de la televisión en España.