La serie de televisión Embrujada (Bewitched en su título original), que debutó en 1964, fue una de las comedias más populares y queridas de su tiempo. Protagonizada por Elizabeth Montgomery como Samantha, una encantadora bruja que decide renunciar a sus poderes mágicos para llevar una vida normal con su esposo mortal Darrin, interpretado por Dick York y más tarde por Dick Sargent, la serie rápidamente se convirtió en un ícono de la televisión. A lo largo de ocho temporadas, Embrujada capturó los corazones de los espectadores con su combinación de humor, magia y comentarios sociales sobre la vida familiar y el matrimonio.

Sin embargo, a pesar de su éxito, la serie se encontró envuelta en polémica debido a una escena infame que, según algunos informes, llevó al programa a enfrentar problemas con la censura y, eventualmente, contribuyó a su salida del aire. Aunque muchas de las historias sobre esta escena han sido objeto de especulación y rumores a lo largo de los años, su impacto en la historia del programa sigue siendo un tema fascinante.

 

Antes de profundizar en la polémica escena, es importante entender por qué Embrujada fue tan innovadora y exitosa. En una era en la que muchas comedias de situación se centraban en dinámicas familiares tradicionales, Embrujada ofreció una versión ligeramente subversiva del matrimonio y la vida en los suburbios. Samantha, aunque deseaba adaptarse a la vida normal de un ama de casa, tenía el poder de alterar la realidad con un simple movimiento de su nariz. Esto generaba constantes situaciones cómicas, especialmente debido a la insistencia de su esposo Darrin de que no usara su magia en su vida diaria.

El conflicto entre el deseo de Samantha de complacer a Darrin y su naturaleza mágica inevitablemente llevó a divertidas travesuras. Además, la presencia de personajes secundarios como Endora, la madre de Samantha, interpretada brillantemente por Agnes Moorehead, que desaprobaba la vida mortal de su hija, y otros personajes mágicos que aparecían regularmente, añadía una capa de comedia y fantasía que hacía que la serie fuera única.

A lo largo de los años, Embrujada no solo se convirtió en un fenómeno cultural, sino que también rompió barreras en términos de representación femenina en la televisión. Samantha era una mujer poderosa que constantemente lidiaba con las expectativas de una sociedad patriarcal mientras mantenía su identidad y sus habilidades únicas.

En las últimas temporadas de la serie, el interés por Embrujada comenzó a decaer debido a varios factores, incluidos los cambios en el reparto y la repetición de tramas similares. Pero la escena que, según algunos, llevó a la serie a enfrentar la censura, ocurrió durante la séptima temporada, un período en el que los problemas detrás de cámaras también comenzaron a surgir.

 

La escena en cuestión presentaba a Samantha y Darrin discutiendo sobre el uso de la magia en su vida cotidiana. En medio de una acalorada conversación, Darrin, frustrado por la constante interferencia de la magia en su vida, pronunció una línea que fue interpretada por algunos espectadores y críticos como sexista y problemática, especialmente en el contexto del movimiento feminista que estaba ganando fuerza en ese momento.

El guion contenía una línea en la que Darrin sugería que Samantha, como su esposa, debería “obedecerlo” y “dejar de actuar como una bruja”. Aunque el comentario era parte de la dinámica cómica entre los personajes y estaba en consonancia con las discusiones habituales sobre el uso de la magia en la serie, en el contexto social de la época, donde las mujeres estaban luchando por más derechos y reconocimiento, la frase fue vista por algunos como un retroceso a estereotipos sexistas.

Además, el uso del término “bruja” en un tono despectivo generó controversia, ya que para entonces, el personaje de Samantha había sido visto como un símbolo de empoderamiento femenino. Muchas mujeres admiraban su habilidad para manejar tanto la vida doméstica como su magia, y la línea de Darrin fue percibida como un intento de silenciar esa independencia.

La escena generó una reacción mixta. Mientras que algunos espectadores la consideraron una simple broma dentro del tono habitual de la serie, otros, especialmente grupos feministas emergentes, criticaron duramente el episodio. Para algunas personas, la escena reflejaba una lucha mayor que muchas mujeres estaban experimentando en sus propios hogares y lugares de trabajo: el deseo de ser valoradas por sus habilidades y no ser forzadas a cumplir con los roles tradicionales de género.

 

Los críticos de la época señalaron que Embrujada había sido una serie que, aunque cómica, también había explorado de manera sutil temas sobre el poder, la independencia y la lucha de las mujeres por equilibrar sus deseos personales con las expectativas sociales. En ese contexto, la línea de Darrin fue vista como un error que iba en contra del espíritu del programa.

A raíz de las quejas, algunas emisoras comenzaron a recortar o censurar la escena en futuras repeticiones del episodio. Aunque no fue suficiente para sacar el programa del aire de inmediato, la controversia sí afectó la imagen de Embrujada y contribuyó al declive de su popularidad.

La escena en cuestión no fue el único factor que llevó al final de Embrujada, pero fue uno de los muchos problemas que enfrentó el programa en sus últimas temporadas. A medida que la serie avanzaba, el agotamiento de los guionistas y el elenco, junto con la salida de Dick York y su reemplazo por Dick Sargent, comenzó a afectar la calidad del programa.

Elizabeth Montgomery también había expresado su deseo de terminar la serie después de tantas temporadas, y los índices de audiencia comenzaron a disminuir. En 1972, después de ocho temporadas y 254 episodios, Embrujada fue cancelada oficialmente. Aunque el programa seguía teniendo una base de fanáticos leales, la combinación de la fatiga creativa, los cambios en el elenco y las críticas crecientes hicieron que los productores decidieran concluir la historia de Samantha y Darrin.

 

A pesar de su final, Embrujada dejó un legado duradero en la historia de la televisión. No solo se convirtió en una serie de culto que sigue siendo recordada y vista en todo el mundo a través de repeticiones, sino que también abrió el camino para futuras series que combinaron elementos de fantasía y comedia con temas sociales. Programas como Hechiceras (Charmed) y Sabrina, la bruja adolescente claramente se inspiraron en Embrujada al crear sus propias historias sobre mujeres poderosas y mágicas.

El personaje de Samantha, interpretado de manera brillante por Elizabeth Montgomery, sigue siendo un ícono de la televisión, una mujer fuerte y segura de sí misma que, a pesar de los intentos de su esposo por limitar su magia, siempre encontró una manera de mantener su independencia. La serie también destacó por su tratamiento humorístico pero reflexivo de temas como las relaciones matrimoniales, el conflicto entre la conformidad y la individualidad, y la lucha por el equilibrio entre lo personal y lo familiar.

La infame escena que sacó del aire a Embrujada fue solo un reflejo de los tiempos cambiantes en los que se emitía la serie. Aunque la serie fue un éxito rotundo durante la mayor parte de su carrera, los problemas sociales de la época y las tensiones internas del programa finalmente contribuyeron a su desaparición. Sin embargo, a pesar de este episodio controvertido, Embrujada sigue siendo una de las comedias más queridas de la historia de la televisión, y su legado perdura tanto en el corazón de sus fanáticos como en las futuras generaciones de espectadores que descubren la magia de Samantha y su encantador mundo.